El mercado cambiario consolida en este inicio de diciembre una anomalía que sorprende a los inversores desprevenidos: el Dólar Blue y los financieros (MEP/CCL) operan en la zona de $1.440, manteniéndose por debajo del Dólar Oficial Banco Nación ($1.475). Esta “brecha negativa”, sostenida ya por varias semanas, confirma el éxito del torniquete monetario aplicado por el Banco Central, que ha retirado el excedente de pesos de la economía a tal punto que la moneda local se ha vuelto un bien escaso.
Para las empresas, este escenario facilita la planificación de importaciones, ya que no existen incentivos financieros para demorar liquidaciones o adelantar compras al exterior. El “dólar barato” es hoy una realidad que, paradójicamente, genera quejas en el sector exportador industrial, que ve cómo sus costos internos en dólares suben mientras su tipo de cambio efectivo se mantiene planchado.
En la City porteña, los analistas debaten cuánto tiempo más puede sostenerse esta dinámica. La demanda estacional de pesos de diciembre (para pagar aguinaldos, vacaciones y fiestas) juega a favor de mantener el dólar libre bajo, ya que empresas y particulares venden divisas para cubrir gastos. El “Carry Trade” (bicicleta financiera) sigue ofreciendo retornos extraordinarios en dólares, alimentando un círculo virtuoso de estabilidad financiera que el Gobierno utiliza como bandera de gestión.
La contracara es el encarecimiento de Argentina en dólares. Con precios internos que han subido y un dólar que no acompaña esa suba, el costo de vida medido en moneda dura se acerca a niveles internacionales, presionando sobre la competitividad del turismo receptivo y las exportaciones con valor agregado.







