El gobernador bonaerense volvió a manifestar su rechazo contra la propuesta del Presidente y consideró que “deberían cambiarle el nombre porque no es un pacto ni es de mayo”.
La relación entre el gobierno nacional y el bonaerense estuvo siempre marcada por la tensión y las enormes diferencias ideológicas que tienen Javier Milei y Axel Kicillof, quien decidió redoblar la apuesta y volvió a mostrarse como la contracara de la administración libertaria.
El mandatario provincial encabezó esta mañana una rueda de prensa en la que primero se hicieron anuncios para, explicaron, compensar “la deserción de la Nación” en la asistencia a la PBA: el ministro de Gobierno, Carlos Bianco oficializó un importante aumento para los planes alimentarios. Y luego el ministro de Transporte, Jorge D’Onofrio reveló que se otorgarán subsidios al transporte del interior del distrito subsidios para sostener el valor de la tarifa.
En ese contexto, luego de los anuncios llegó el momento de Kicillof, quien expresó nuevamente su rechazo al acuerdo nacional que propone firmar Milei. “El Pacto de Mayo, que ahora no es de mayo… habían sugerido como fecha el 4 de julio, no sé si está firme porque venimos de un proceso de anuncios y de retrocesos”, señaló con acidez y a modo de introducción.
“(El Presidente) Amplió la convocatoria, cada vez queda menos claro qué es, para qué sirve… Si es una foto de marketing del Gobierno para fingir un apoyo que no tiene, no cuenten conmigo”, sentenció para dejar en claro que no avala la propuesta del oficialismo.
“Si se pudiera discutir qué puntos son relevantes para una acuerdo o una puesta en común, ahí sí tengo contribuciones para hacer. Pero acá parece ser un contrato de adhesión que uno está obligado a firmar sin discutir nada. Esto no es ni pacto ni es de mayo… lo primero que merece es un cambio de nombre y luego una discusión de su contenido y de sus resultados”, remató.
Entre los puntos más cuestionables mencionó el que promueve la vuelta de las jubilaciones privadas. Y se puso como ejemplo en primera persona. “En mi caso, fui una de las víctimas del sistema de las AFJP: yo recién empezaba a aportar y si uno no lo expresaba, caía por sorteo en una AFJP que dependía de un banco y aportaba a una cuenta individual de capitalización. Fue un enorme negocio para los bancos y para el sector financiero, pero una estafa para los trabajadores y futuros jubilados; cuando se empezaron a jubilar, el Estado tuvo que hacerse cargo”.
En otro momento de su exposición, Kicillof apuntó contra el RIGI (Régimen de Inversión para las Grandes Inversiones), uno de los puntos clave de la Ley Bases que promueve la administración libertaria: “De momento no existe y, si es ley, ya he dado a conocer mi posición negativa”.
Para fundamentar su postura, el gobernador bonaerense señaló que existen casos en los que ya “había una enorme inversión definida, pero ahora se demoran porque el RIGI le daría muchos más beneficios previsionales”.
“(Los inversores) Esperan los beneficios de este régimen que ya hemos calificado como exorbitantes. Hay puntos del RIGI, por ejemplo la prórroga de jurisdicción, por la que cualquier diferencia o disputa se discute en tribunales del exterior… En general allí son fallos contra la Argentina”, advirtió el mandatario provincial.
Finalmente, Kicillof intentó bajarle el tono al duro enfrentamiento y los roces públicos que se produjeron entre dirigentes del peronismo y del kirchnerismo: “Trabajamos intensamente dentro del peronismo, de la coalición de lo que fue Unión por la Patria (UxP), para ponernos de acuerdo en los diferentes puntos de la situación actual. Hemos dado muestras muy potentes de unidad en el congreso nacional. ¿Las diferencias? La intención es lograr una unidad fuerte en base a puntos en común”.